terça-feira, janeiro 08, 2013


La sombra de la tierra va creciendo,
sube los aires, y la noche queda
sobre el alto tejado de la casa.
Se ensombrece el naranjo, y azahares
huelen por el desván, pesan los muros
y el hombre que la habita se detiene
para pensar vanos recuerdos. Oye
cómo riegan los nardos, su jardín
ve que se vuelca por las tapias bajas,
limoneros doblando los caminos.
Vuelven las estaciones del destierro,
y dormita el sillón, y los papeles
sin resplandor sobre la mesa vieja.
Es la hora de otoño de este día,
la hora de la luz en las ventanas
desde el camino de las piedras, hombre
que siente ya madura su cabeza,
destruido el cabello y el cansancio.
Meditación inútil, cuando pronto
dejará de vivir en esta casa
y olvidarán su nombre, cuando piensa
que nada le ha quedado de la vida

- Francisco Brines
in Poesia completa, Tusquets

Sem comentários: