terça-feira, outubro 05, 2010

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Lo bueno y lo malo de los viernes por la tarde es, quizá, la sensación de haberse merecido el descanso, de haber alcanzado la meta semanal y al mismo tiempo ver cómo tantas cosas quedan en el tintero. Lo bueno y lo malo. Lo recto y lo incorrecto. Cuando el sol se va ya y presagia el primero de tantos viernes oscuros porque has llevado a tu vida a un túnel sin salida, te has convertido sin darte cuenta o sin querer hacerlo en uno de esos que salen a comprar con el coche para cargar lo suficiente para todo el fin de semana y que mira a las dependientas de las tiendas con deseo, como si en ellas estuviera la respuesta, la solución a un viernes que se anochece y presagia un sábado más de radio, café y libros. La esperanza reside en los ojos de quienes nos atienden. No, no quiero un kilo de patatas, te quiero a ti.

Ignacio Escuín Borao, Habrá una vez un hombre libre
(Huacanamo)
retirado daqui

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